Roser Marcé, nace con el propósito de vestir el cuerpo. Para ella la moda es un lenguaje, una forma de expresarse a través de la intima relación con la piel, el lienzo donde se escriben las emociones y es a partir de ahi, de donde surge la marca Roser Marcé. Fruto de una necesidad vital que refleja su manera de ser y entender el mundo que le rodea. Sus prendas tienen la capacidad de ser reconocibles a través de sus formas, patrones, telas, hilos y puntadas.
EI concepto continua y cada idea surge de forma intuitiva, mientras observa un gesto, escucha el sonido de una palabra o se cruza con una mirada. A partir de ahí, su lápiz la atrapa en la esquina de un papel hasta convertirse en una colección.
Una de las facetas más importantes de su trayectoria ha sido ha sido la de conectar y formar parte del presente, de la sociedad del momento. Por esto, dio respuesta, en la década de los 80’s, a unos cuerpos que querian salirse de si mismos, sacarse ataduras y poner color, Supo que era lo necesario y eligió lo imprescindible y tejió los vestidos a la piel.
La moda que crea experimenta y escribe la historia, es una forma de comunicar y convierte las prendas en amuletos. Así sucedió con la «gabardina» de Pascual Maragall, pieza inseparable de él, le daba seguridad y se convirtió en parte de su imagen en un momento de auge logrado a través de los JJOO del 92. En este período se dinamizé el panorama cultural y Roser Marcé fue una de las personas elegidas para representar, a través de sus diseños, la ciudad de Barcelona. Sus piezas, inspiradas en Gaudí y el modernismo, son auténticas obras de arte.
Y el concepto continua, porque lo mas importante de Roser Marcé es el diálogo visual que propone y que nos invita a hacerlo nuestro. Nos ofrece infinidad de propuestas para descubrir nuestra identidad y vestir nuestro cuerpo desde la libertad. Cuando me visto con una de sus creaciones descubro quien soy, me siento segura y provista de recursos para salir a escena y bailar.
Lola Garcia



